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¿A los cuántos meses se puede bañar a un gato?
Pon en práctica la siguiente información y consejos y te darás cuenta de que los gatos y el agua pueden ser grandes compañeros de juego y felicidad. Aunque recomendamos que siempre actúes con cautela en lo que se refiere a cómo bañar a un gato.
Los gatos son mucho más sensibles y podrían parecer "enemigos del agua". El motivo de esta mala fama es que se estresan con facilidad, y cualquier actividad que interrumpa su rutina, puede generar en ellos disgustos innecesarios.
Además de su obsesión por mantenerse limpios, aseándose ellos mismos con su lengua, podrían ayudarlos a exentarse de una ducha bajo la regadera. Puesto que, la mayoría de los gatitos domésticos no acostumbran a jugar en espacios exteriores, sus posibilidades de ensuciarse son limitadas.
¿Cada cuánto debo bañar a mi gatito?
No debes hacerlo con tanta frecuencia, la piel de tu gato es delicada y podría afectar su salud. Un gato realiza su aseo por él mismo usando su lengua, pero los expertos recomiendan bañar a los gatos no más de cinco o seis veces al año para no dañar los aceites naturales de su piel.
Un gato que permanece dentro de casa todo el tiempo no debe bañarse más de dos o tres veces al año porque de esta forma, mantiene mejor toda la capa protectora natural de su pelaje.
Si un gato que sale a la calle llega a casa completamente sucio, algunos dueños piensan si deben bañarlo. Por regla general, basta con lavar la suciedad más evidente con un paño húmedo y tibio o bien, usando toallitas húmedas.
Sólo debes pensar en hacer baños completos en casos excepcionales, por ejemplo, si notas que hay presencia de pulgas u otros parásitos, o cuando en verdad el baño es necesario.
Acostumbra a tu gatito a relacionarse con el agua desde pequeño
Un baño forzado jamás será buena idea, ni para el animal ni para ti como dueño. Si tienes un gato bebé, es bueno que lo ayudes a minimizar su miedo ante el baño, aunque éste no se realice con mucha frecuencia.
Sabemos que, de alguna manera, tu gatito puede necesitar un baño, ya sea por una causa puntual (diarrea, suciedad accidental), por prescripción veterinaria para reaccionar ante alguna patología, o simplemente porque quieres refrescarlo en épocas de calor. En cualquiera de estos tres supuestos, es conveniente que escojas el mejor momento para el baño que, será aquel en el que tu gatito esté más tranquilo y muestre menor nivel de actividad. Lo vas a hacer con cuidado y siempre con un contacto dulce y amoroso.
Los gatitos pueden bañarse por primera vez a partir de los 2 o 3 meses de edad. La frecuencia del baño cambia en función de la raza (pelaje largo o corto) y de la temperatura ambiente. En periodos de excesivo calor, bañarlo podría ser una buena idea para refrescarlo, pero por favor, evita hacerlo en invierno, pues podrías provocar alguna enfermedad relacionada con el estrés o el frío.
Consejos que puedes poner en práctica para la higiene de tu gato
1. COMPRA UNA BAÑERA PEQUEÑA
Para un mejor control del cuerpo de los gatos, ayúdate de una bañera pequeña, misma que puedes encontrar en tiendas especializadas para mascotas o también funcionan las tinas para bebés. Coloca una superficie antideslizante como un trapo o toalla para evitar que resbale y tu gato se sienta más seguro. También necesitarás tener a mano un champú suave para gatitos, un recipiente para enjuagarlo y un par de toallas.
2. NO LO HAGAS SOLO
Es recomendable que realices la actividad con la ayuda de alguien. Tu gatito estará nervioso y tendrá tendencia a arañar y a escaparse. Si tu gatito tiene el pelaje largo, debes hacer un cepillado antes de mojarlo para eliminar posibles nudos en seco y para que no suelte demasiado pelo en la bañera.
3. SÉ FIRME, DELICADO Y HAZLO CON AMOR
Sujeta a tu gatito de forma delicada, pero con firmeza. Introdúcelo en la tina y moja el pelaje mientras lo acaricias y le hablas, hazlo poco a poco y comienza a darle un masaje con agua tibia, mojándolo de manera dulce y evitando que caiga el agua en su cabeza, ojos y orejas.
4. HAZLO CON TIEMPO Y OBSERVA
Tómate tu tiempo al bañar a un gato y observa su reacción. Recuerda que son animales instintivos y al principio, puede sentirse estresado e inquieto, pero si lo acaricias suavemente y dejas que se habitúe a la situación, lograrás que se relaje.
5. SECA PERFECTAMENTE EL PELO
Una vez finalizado el baño, utiliza una toalla para cubrirlo e intenta desprender la humedad de su pelaje. No uses secador, pues el sonido puede inquietarlo y es preferible que lo dejes secar a temperatura ambiente. Una vez que esté completamente seco, cepilla suavemente para eliminar el pelo muerto de tu mascota.
6. MIRA DENTRO DE LA BAÑERA
Después de bañarlo, examina el agua de la tina para comprobar que no existan parásitos como pulgas o garrapatas. Si ves parásitos, consulta a tu veterinario y aplica el tratamiento recomendado de desparasitación y productos para su piel.
A medida que vaya creciendo entenderá que interactuar con agua puede ser divertido y satisfactorio, y cuando llegue el verano con sus altas temperaturas, agradecerá tener una fuente de agua cerca en la que pueda chapotear a su antojo.
Existen muchos mitos sobre los felinos y la prohibición de tomar un baño, pero la realidad es completamente diferente. De hecho, este proceso puede generar relajación y un mejor vínculo con tu gato.
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